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quiera y el cansancio haría temblar las piernas a muchos de nosotros.
Íbamos subiendo en fila india, por un momento no se dejaron ver Cesar, Vanessa y Aldo; escuchamos sus voces de llamado muy a lo lejos, con temeridad continuaron la ruta, abrazando la roca, en ese momento pensarías “Dónde me he metido!” hasta que por fin todos reencontrados en la cumbre del Yuraccocha X, todos nos dimos alientos y barras... Sí, llegamos!!!.
No pueden imaginar el panorama que puedes ver desde esa cumbre, todas las cordilleras cercanas, todas las cumbres.
Eran las 11:58 am cuando se tocó el punto más alto de esta cumbre. Todos logramos la cima más alta de los Yuraccochas, y sus poco más de 5,200 m.s.n.m. Llegar hasta ahí nos había costado 6 horas y media de esfuerzo, con descansos en el camino, sin embargo la cumbre no es tuya hasta que bajas de la montaña.
Un factor vital del éxito de esta salida fue que todo el grupo estuvo junto en cada Yura y a cada una que llegábamos era celebrado, más cuando a alguno aún le faltaba tramos medianos, pues se nos hizo costumbre el motivarlos identificando sus gustos, platos favoritos y hasta apodos con tal de animarlos a seguir... Esto se volvió una constante, Yurac que llegábamos, Yurac que había foto de TODO el equipo; y si faltaba 1 o 2 personas empezábamos con las barras de ánimo ya que nuestra metal personal se convirtió en grupal.
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Foto superior: Karina en la cima del Yuraccocha III y derecha, el grupo en la cima del IV. |
A esas alturas, el Yuraccocha X se veía imponente, con una pendiente bastante fuerte y una zona de roca en la parte superior. Además, llevábamos cinco horas y media caminando, para ello Fernando decidió bajar hacia la laguna y deseándonos mucha suerte, el resto del grupo rodeamos una formación de roca que se encontraba en medio del camino para poder seguir hacia la base de la última cima. En el último tramo del Yura X se nos presentó una zona rocosa bastante accidentada, punto en el que empezamos a escalar, la roca era fragmentada y había que asegurarse de que los puntos de agarre fueran fijos. También hallamos unos pequeños tramos verticales con algunas zonas expuestas a sus costados, una pared que podría amedrentar a cual-
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Nos quedamos un rato allí apreciando las desafiantes montañas circundantes, entre ellos al imponente nevado Rajuntay (5,475 m.s.n.m.), luego pensando en cómo bajar, porque si el subir fue un reto el bajarlo lo fue aún más. Así que se decidió que bajaríamos por grupos de a 3, ya que las rocas se deslizaban y se desmoronaban rápidamente; Angélica empezó a abrir el camino bajando y reconociendo que tramos eran seguros y más accesibles por donde seguir.
El retorno no fue por el mismo camino, nos dirigimos hacia la quebrada de Chinchan, el trayecto fue arduo, pasamos por la laguna Yuraccocha, la bordeamos y se continuó el camino, en total unas 3 horas de caminata en descenso. |
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A las 3:30 pm habíamos llegado todos al punto de reunión, al inicio de la quebrada de Chinchan. Nos sentamos en los autos extenuados por esta gran aventura que tuvo de todo un poco.
Nos toca regresar a casa seguir con nuestras vidas y recordar este maravilloso día, lleno de muchas aventuras y sobre todo el encontrarse con uno mismo. Ciertamente exhaustos, pero contentos de haber logrado toda la ruta y haber sumado un nuevo logro para nunestro club, Camycam, la travesía integral de los 10 Yuraccochas.
Texto: A. Manrique, A. Chávez, V. Laya y K. García.
Fotos: A. Manrique, J. Castillo, A. Chávez.
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