De esta última reunión continuamos en ensamble escalando una arista rocosa que nos condujo hasta el último muro de fácil escalada hasta la misma cima del Rajuntay. Por fin esta montaña nos cedía su cima, durante todo el trayecto le estuve pidiendo permiso para que nos dejara pisar su cima y nos lo concedió. La alegría fue grande como es natural, eran la 1.10pm, exactamente 6hrs, fotos de rigor, algunas filmaciones, saludos, gritos de euforia y minutos más tarde a comenzar el descenso.
Nuestra bajada si que fue toda una odisea. Hicimos 5 rapeles largos. Fue algo lenta por el cansancio y para remate se atascaron las cuerdas dos veces teniendo que ascender en un caso nuevamente a recuperarlas. Por ello nos sorprendió la noche apenas terminamos el último rapel usando un abalakov y comenzamos a descender caminan-do por la arista principal, pero no lográbamos ubicar el campamento en el glaciar, ya que todos habíamos dejado nuestros frontales en las tiendas, al salir con la luz solar, creyendo ilusamente (imperdonable error para montañistas con nuestra expe- |