en el campamento con comida caliente. Esa fue una escalada muy alucinante.

Cuéntanos sobre tus escaladas en Yosemite, junto a Maribel Elías.
He ido un par de veces, en el 2006 y 2008. Me parece que Yosemite es un lugar increíble porque tiene roca por todos lados, desde cientos de boulder hasta los bigwall más im-presionantes, y todo muy accesible. La primera visita que hice fue con Maribel Elías; estuvimos 3 semanas escalando como locos, el lugar es tan alucinante que no quieres parar y hay demasiada roca, es realmente un paraíso. Nuestro plan era: adaptarnos al insoportable calor de agosto y a la roca, que es muy pulida a pesar de ser granito, y la última semana darle a The Nose. La estrategia era ir tranquilos y lograr la cumbre, así que calculamos 5 días en la pared y nos preparamos para eso. 35 litros de agua, mucha comida y harto equipo (llevábamos algo de 60 kilos, me parece). El Haulbag que teníamos era nacional (hecho por Juancito) y tuvimos que ponerle 3 capas de tape porque la pared se comía el forro, pero el macuto aguantó re-bien, soportó caídas y péndulos sin problemas.

Como los vivacs los hacíamos en repisas que estaban marcadas en el topo, teníamos que cubrir una can-tidad de largos para poder llegar a la siguiente repisa, así que un par de veces escalamos hasta la 1 o 2 am. La escalada fue casi sin contra-tiempos, excepto un par de caídas en artificial y unos tipos que aparen-temente nos orinaron, mientras es-calábamos de madrugada: faltando 50mts para la repisa sentimos una ligera lluvia que luego, al ver a esta cordada en la repisa, supusimos qué podía ser. Nunca les preguntamos.
La ruta tiene todos los problemas que te puedas imaginar: fisuras de todos los tamaños, placas horribles, diedros y aristas, travesías, protec-ción de miedo (siendo un A1) y los péndulos, que son muy divertido si los haces bien. El último día fue increíble, empezamos a las 6 de la mañana y, para cumplir con lo planeado, seguimos escalando hasta el día siguiente, toda la noche, ese día no había luna y estaba tan oscuro que no sentía la altura, llegamos a la cumbre a las 6 de la mañana del día siguiente, dormimos un rato y comenzó la bajada directo al río.
La siguiente vez que fui a Yosemite fue en el 2008, me reuní con un ami