A inicios de la década de los 90, los clubes de montaña que aún se mantenían en apogeo y regularmente activos eran el Club Montañeros Américo Tordoya (CMAT), el Club Andino Peruano (CAP) y la Asociación de Andinismo de la Universidad de Lima (AAUL), respecto a Lima. En Huaraz estaba el Club de Andinismo Santiago Antúnez de Mayolo (CASAM) y en Cusco el Club de Andinismo Cusco.
Principalmente en Lima, los clubes fueron un tanto reacios a hacer del montañismo una actividad masiva. No teníamos las bases para que esta actividad sea un deporte común en un país de montañas.
A inicios de esa década, una institución rompe ese esquema e inicia la masificación del montañismo en todas sus facetas. Aparece la Asociación Tarpuy A.C.L. (Artes, Ciencias y Letras). |
|
|
|
Tarpuy (sembrar en quechua) empieza a promover –dentro de muchas cosas- las actividades de excursionismo de una manera muy masiva, teniendo en Clodoaldo Rondan y Esther Luna a sus principales pilares sobre los que se soportaría el inicio de la actual montañismo peruano. Sembraron la base.
Las actividades de Tarpuy llegaron a congregar incluso a más de 300 personas en un solo fin de semana. Era la novedad. Todo el mundo en Lima quería ir de campamento o caminata. Querían escapar del caos que en aquellos años se vivía en nuestra capital.
Pero esta masificación de la actividad de una manera quizá descontrolada, tuvo consecuencias, lamentablemente fatales. A raíz de eso y en vista que ya dentro de tanta gente que cada fin de semana frecuentaba
|
|
|