Dos semanas después de la apertura de una vía en el Halancoma -Ver artículo en el número 58- y de un acercamiento al Capacsaya frustrado por el mal clima, el tiempo mejoró y parecía quedarse así unos días más.
Le comente a mi amigo Manolo Urquizo (El Nolo) y a Dominique Riva Roveda en ir a abrir una nueva ruta a la cara sur oeste del Nevado Capacsaya y sin lograr terminar de contarles el plan a Manolo y al Domi, se apuntaron y sin más, fijamos las fechas para la escalada.
El Nevado Capacsaya no registra escaladas como muchas otras montañas por aquí en la Cordillera de Urubamba, Cusco, lo que lo hace más motivador e interesante.
Ya en dos anteriores oportunidades estuve |
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buscando el acceso a esta montaña lo que nos daba una mejor idea de cómo ir y por donde. La morrena está descompuesta, todo se mueve.
Muchas piedras sueltas y pasos expuestos delicados y más aún por el peso de las mochilas que llevábamos repletas de material para esta nueva aventura.
10 horas de dura aproximación nos llevó a una pequeña repisa de nieve blanda que llegaba hasta las rodillas, al pie de la pared de la cumbre sur del nevado Capacsaya.
Armamos nuestra carpa y nos aseguramos un campo base de lujo. Nos hidratamos, charlamos y comimos el clásico menú de monte: tallarín con tuco (de sobre). Después de la cena, nos fuimos a descansar hasta el cafecito de las 5:30am al pie de vía.
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