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Conversando con: |
JORGE "COQUI" GÁLVEZ |
Limeño, montañero que muchas veces paso desapercibido, con perfil bajo, pero que sin embargo esconde bajo la manga todo un pocker de buena actividad montañera, buenas escaladas en diversas cordilleras de Perú, varias aperturas de vías nuevas, un disfrute total de la montaña y el deseo latente de regresar a los Himalayas por algo "grande". |
Hola Coqui, ¿como estas man?, te vemos muy activo en la montaña este año. Bueno queremos aprovechar para que las nuevas generaciones de escaladores te conozcan un poco más.
¿Qué tal Alberto?, todo bien, metido en mis proyectos y a full con la escalada. Escalar es la actividad que me hace sentir verdaderamente bien al igual que la tabla, suelo combinar estas dos actividades pero este año me he enfocado y metido de lleno a la montaña. Escalada alpina, escalada en roca y correr por el monte son mis deportes preferidos.
Cuentanos, ¿cuándo te inicias en la montaña?, creo fue primero en la roca, ¿verdad?
Llevo escalando desde el 1995. Año en el que tengo mi primer encuentro con la escalada y efectivamente fue la roca quien llego primero a mí. Vivía muy cerca de una zona de escalada, “los cerros de Camacho” así que dando vueltas por la casa me cruce en el Torreón con gente de la asociación de escalada de la de Lima y al toque me puse a escalar y quede convencido.
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Al siguiente año leyendo revistas de montañismo y motivado por amigos como Renzo Uccelli, Henry Kleinberg y Fernando caballero entre tantos buenos amigos, me meto de lleno en el montañismo tomándomelo muy en serio y sin dejar pasar cada año ninguna temporada de escalada en Huaraz.
Empecé a organizar mis años de escalada escalando mucho en Huaraz y la Cordillera Central y cerrando el año en los andes ecuatorianos.
La expedición al Shisha Pangma, en la que Richard (Hidalgo) y tú consiguen la cima de un 8mil en una expedición netamente peruana y sin ayuda logística en la montaña ¿cómo así pasas a formar parte de ella?
Venia escalando sin parar desde que empecé y entrenaba muy duro para mis temporadas de escalada. Sin duda las vías que logre aperturar y repetir en distintas partes de la Cordillera Blanca, Central y Ecuador fueron mi mejor presentación para formar parte de los pre seleccionados a la expedición Perú 8mil. Finalmente consigo una plaza.
La expedición Perú 8mil fue una experiencia hermosa y de plena escalada. Escalar una montaña de más de 8 mil metros y escalarla respetando las ideas del himalayismo en esencia, como no usar oxígeno, no usar porteadores de altura y mejor aún escalando y destrepando toda la montaña con nuestros propios medios fue una muy plena y gratificante escalada. Experiencia la cual me lleva a querer regresar pero a enfrentar un 8mil difícil, el cual demande de escalada técnica sobre los 8mil metros. Reto por el cual vengo entrenando día a día.
Imagino fue una gran experiencia como montañero visitar los Himalaya y regresar con un 8mil en el bolsillo.
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La verdad lo más gratificante fue enfrentar un 8mil y hacerlo de la manera más pura. Como montañero la experiencia que vivo en la montaña desde que llego hasta que me voy es lo más gratificante. La cumbre es solo parte de toda la montaña. El Shisha nos abrió sus puertas y nos trato como a sus mejores invitados.
Una experiencia que vale la pena repetir. Entonces definitivamente volverías a un 8mil.
Volveré. Y espero concretarlo en los próximos dos años. La escalada al Shisha Pangma me hizo sentir y darme cuenta que a un 8mil hay que ir pero a aperturar algo nuevo o intentar alguna ruta dura como lo hacen los verdaderos 8milistas. Lo que significa que hay que estar muy entrenado y escalando, no se trata de ir por ir o subir siguiendo la gigantesca huella. Eso no me motiva.
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