Por: Rudy Oscanoa.

Personalmente mi idea inicial de ir a la Cordillera Central era atacar los Sullcones y tratar de completar el Sullcon central que el año pasado no pude lograr. Pero la noche anterior al viernes (día de ataque) me doy cuenta que nadie más tenía esa opción, así que Jhon me plantea: 'ataquemos Raquel.

Le pregunté a Jhon si tenía una foto de la montaña. Su respuesta fue: sí. Entonces nos pusimos a ver la ruta. Mi preocupación era la última parte, el último tramo de roca para llegar a la cima y una pequeña travesía que se veía en ella. Y como la única forma de saber si se puede o no es intentándolo, le dije a Jhon... Gogogo! Vamo' a meterle un pegue!

- Listo, mañana salimos a las 4 am. Respondió él. Pon el despertador.

Luego de intentar cocinar y tomar algunas fotos, el 'sobre' esperaba. Por cosas del destino había decidido no llevar mi cámara. No sabía cuánto la iba a extrañar!

Hielo y Luna, qué tal hora azul!

Salimos del CB poco antes de las 5:00 am y llegamos al primer glaciar a los pocos minutos, ya que habíamos acampado casi a los pies de éste.
 
El progreso por el glaciar fue tranquilo y sin problemas, esquivando y saltando grietas.

Aunque aún estaba oscuro, la luz de la Luna nos iluminaba sobremanera pintando todo el ambiente de un azul muy intenso, una vista y sensación hermosa más aún cuando pasábamos por un grieta amplia donde el hielo hacía reflejar la luz (ya había empezado a extrañar mi cámara).

Luego de casi 40 minutos pudimos entrar a la zona de morrena por una especie de lengua que el glaciar introducía en ella por uno de los lados (lado derecho del circo glaciar). Esta morrena se presentaba como un muro que dividía un glaciar de otro.
 
Al llegar a la morrena ésta se veía algo como subir, bajar y luego estaba el otro glaciar; pero ¡No fue así!

Se podía distinguir un pequeño pasaje menos elevado, así que por allí fuimos. Demoró un poco más de lo pensado y por tratar de cruzarlo rápido, al llegar al inicio del segundo glaciar, nos dispusimos a descansar un momento, menos Frank, que mostrando buen físico al parecer recién estaba calentando.

Luego de unos minutos de descanso y un poco de rancho es que nos metimos al segundo glaciar que nos llevaría hasta la base de la montaña.
 
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A inicios del 2013, una cordada del Club de Montañismo Camycam realizaría el primer acercamiento e intento de alcanzar la cima de una montaña que los propios miembros la habían bautizado con el nombre de "Raquel", a la memoria de la trágicamente desaparecida montañera del club. El 2014, los socios Katherine Saavedra y Randy Sacramento alcanzan por primera vez su virgen cima, al año siguiente otra cordada Camycam compuesta por Samuel Hurtado y Edwin Cisneros, alcanzan una segunda cima por una vía diferente y este año otra cordada del club se alza con la tercera cumbre absoluta.
 
 
Para no perder tiempo cruzamos el glaciar en línea recta, saltando las grietas que encontrábamos -grietas que en la noche, a nuestro retorno, se tratarían de comer a dos de nosotros- y así llegamos a los pies de Raquel.

Hora del Pegue!

La vía de roca inicial por la que pensábamos ascender hasta la rampa de nieve, desde el cb se veía una línea recta vertical, una vez allí, era una diagonal tranquila sin mucha inclinación y dificultad que Frank poco más y la sube corriendo. De esa manera llegamos hasta el inicio de la rampa de nieve que nos llevaría hasta la arista de la montaña y luego a la cumbre, chin chin, qué felicidad! más aún cuando los primeros metros de esta rampa era nieve dura.


Bueno, esta felicidad no duró más que unos 10 metros pues lo que siguió era nieve fofa, la cual nos tragaba hasta casi la cintura por muchos tramos. Como iba de primero me tocó abrir huella una parte de la rampa. Al verme cansado, Jhon decide pasar de primero y termina de abrir toda la rampa hasta la arista.

Una vez en la arista era mi turno de ir primero. Traté de subir un poco más y pegarme al tope de ella para ver el resto del tramo por donde avanzar y así no quedar muy expuestos a ninguno de los dos lados. Y hasta donde pude ver hice mi ruta.
 
Así avanzamos por casi toda la arista y poco antes de terminarla me detengo para reunirnos los tres y ver cómo avanzar la siguiente parte de la ruta que daba para la cumbre. Juro que desde donde observé no se veía que ese lado donde me detuve era una cornisa. Y si pues allí me detuve, los esperé, conversamos y un poco más hacíamos café de lo más tranquilos. Una vez que avance para ir por la cumbre y cuando luego Frank me da el alcance, me dice: Rudy, voltea, mira dónde hemos estado! Luego de voltear y ver, sólo atiné a decir: Chucha la cagada, sorry! Reímos juntos y seguimos. Habíamos estado parados buen rato sobre aquella cornisa. Qué raro que no se haya caído a pesar del estado de la nieve!

Luego de conversar con Jhon y ver si era posible avanzar hasta la cumbre por el estado de la nieve es que decidimos seguir dándole. Armamos una estación donde Jhon y Frank se protegieran y desde donde Jhon pueda cobrar mi ataque.
 
         
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