Entre las dos montañas situó un valle estrecho y profundo para que estuvieran totalmente aislados. En su furia, el dios padre elevó las montañas a una altura majestuosa, para que los jóvenes se pudieran ver, pero que nunca más se pudieran llegar a tocar. Los enamorados lloran por su dolor, funden gota a gota la nieve que los cubre y sus llantos de amor se unen en un lago de color azul turquesa para toda la eternidad. El lago de Llanganuco”.

Tres de las cuatro cumbres se elevan por sobre una planicie ubicada a unos 5800m accesible desde la quebrada Llanganuco y cuya mayor dificultad de ascenso es el evitar las caídas de avalanchas. Fe de esto puede dar la expedición chilena de la Universidad del Biobío del año 2001, cuando tres de sus ocho integrantes fallecieron trágicamente arrastrados por una avalancha. 

Las cuatro cumbres de este macizo presentan numerosas rutas de ascensos. La más alta de ellas, el Huandoy Norte, fue la primera en ser ascendida y nada menos que por miembros de la legendaria expedici- ón del año 1932 del Club Alpino Alemán-Austriaco dirigida por Philip-
  Huandoy
     
Borchers, que como fruto dejaron primeros ascensos y realizaron uno de los primeros mapas de la zona, que sigue estando vigente. La ruta elegida fue por las pendientes del sur tras alcanzar el plató a 5,800m y se considera de dificultad D-, 1800m.

Por su parte el Huandoy Este fue ascendido curiosamente por primera vez en 1952 por dos cordadas que hicieron dos rutas diferentes, pero que eran miembros de la misma expedición. W. Siri y A. Steck subieron por la Cara Norte y P. Hoessly y F. Font lo hicieron por la