Conversando con:
JAIME QUINTANA
Huaracino a quien conocemos como el "cuy" Quintana. Guía Oficial de Montaña y escalador "rockero" de los fuertes y uno de los pocos peruanos en encadenar 8vo°, en su primera competición de escalada deportiva cogió podio "sin querer queriendo". Vive gran parte del año en USA y es uno de los escaladores peruanos que más competencias intenacionales ha tenido, inclusive en Europa en torneos IFSC.
Hola Jaime, una vez más de vuelta en Huaraz y después de tiempo tuvimos oportunidad de tomarnos unos tragos y conversar de muchos temas.
Eres de los pocos guías peruanos con gran nivel técnico en roca. ¿Lo consideras así?
Siempre he tratado de tener un balance entre las tres disciplinas que me gustan y que practico mucho: hielo, roca y esquí. Con la profesión que tengo, como Guía de Alta Montaña, trato de ser completo en las tres disciplinas, claro que soy más experimentado en escalada en roca, porque me inicié allí.

Pero antes, cuéntanos un poco de tus inicios en este mundo vertical.
Siempre he sido una persona muy positiva en lo que hago y eso ha influido mucho desde que era pequeño y me ayuda bastante para realizar mis objetivos. Desde pequeño he sido muy activo y aun lo soy, recuerdo que me gustaba desafiar a la altura y qué mejor lugar que los arboles de pinos y melocotones de mi abuela... Además,  vengo de una familia que  siempre
 
   
 
estuvo relacionada con el turismo en Huaraz;  durante mis niñez mis tíos Edward y Rafael (Guías de Montaña), en compañía de mi papá y mis hermanos nos llevaron a las rocas de Monterrey, creo tenía 7 años de edad, allí tuve mi primera experiencia escalando y no fue la mejor.
Después de muchos años y a la edad de 16, uno de mis amigos de infancia, David, hermano de Edson Ramírez, me llevo a ver la infraestructura que estaban montando en el Montrek Disco. Era julio y se realizaba la Semana del Andinismo, donde habían competencias en palestra, recuerdo que en el interior vi dos palestras y una de ellas tenía un techo; David me dijo que habría una competencia y que la final seria al día siguiente en una palestra que estaban montando a fueras del Montrek, donde ahora se encuentra el Banco Continental. Recuerdo muy bien esos tiempos, ya que fueron el inicio de algo que cambió mi vida. Me puse a pensar desde aquella primera experiencia en roca cuando era niño, hasta tal vez hacer el ridículo si competía, ya que nunca había escalado un muro. Decidí inscribirme y participar, sabía que muchos escaladores ya habían competido anteriormente y tenían mucha experiencia, como Aníbal, Julio, “Chepi”, Renzo, Yuri, etc. Pero, contra todo pronóstico, pasé a la final; había muchos espectadores y una linda vía extrapolada con dificultad de 7b, que fue armada por unos escaladores argentinos. Yo era el penúltimo escalador en salir, así que estaba bien concentrado y motivado, empecé movimiento por movimiento hasta llegar al crux. En ese momento, solo escuchaba a la gente, los aplausos, el entusiasmo del público que me ayudo a superar el crux donde la mayoría de escaladores caía, solo dos habían logrado superar y el siguiente fui yo; al final logré asegurar el tercer lugar en esa competencia
 
     
Para mí fue algo increíble y para otras personas también, pues pudieron ver a alguien que nunca había escalado antes y que estaba en el podio ese día ganando un tercer puesto, fue memorable.

Referente a tu formación como guía en el CEAM, hay una historia que cuenta una frase tuya en aquella salida: “que viva la piratería”. Cuéntanos, ¿qué paso?
Una vez ganada la experiencia en escalada en roca y en montaña, mi hermano Alfredo y yo decidimos postular a la Escuela de Guías de Alta Montaña de la AGMP. En el primer año de formación y a 5 días para terminar el curso de aspirantado, se nos ocurrió, a Aldo Guerrero (Patiño) y a mí, bajar a Huaraz desde la Quebrada Llaca donde estábamos casi culminando nuestro primer curso de aspirantes, sabiendo también del riesgo que corríamos.