marcada por grandes ascensiones, pero también por tragedias que tuvieron como protagonista a la cuerda. Un famoso y claro ejemplo de esto es el caso de la primera gran tragedia registrada y que se produjo en 1865, tras la conquista del Cervino: la caída de uno de los alpinista de la cordada de 7 integrantes produce la rotura del nexo de unión de la cordada que avanzaba por delante del famoso Edwar Whimper (solo él y un integrante más, sobrevivieron de los 7 que hicieron la hazaña del Cervino). Con esto indicamos que en aquellos años la cuerda no era un elemento de absorción de energía como lo es hoy en día, sino solo un elemento de unión entre uno y otros compañeros.

Fabricadas en cáñamo y que permanecieran así hasta casi los años 1940 y hasta cuyos años la consigna en esos tiempos era: “no caerse”. Posteriormente empiezan a darle una mayor utilidad mas alla del simple “cordón de unión”, Dulfer los emplea para descender en rapel (rapel en dulfer).

Tras la Primera Guerra Mundial, concretamente en 1930, DuPont inventa el nylon, un polímero que no
 
equipos y materiales:
CUERDAS
Hablemos de cuerdas. Aquellas finas trenzas de hilos de escaso espesor que une nuestro cuerpo “a la vida”, tiene un complejo sistema desarrollado enormemente con el paso de los años. En el alpinismo, las cuerdas fueron siempre un elemento importante e imprescindible al momento de salir a escalar montañas.

A mediados de 1800 ya se utilizaban cuerdas, en plena década de 1860, la edad de oro del alpinismo se vio
     
 
sería comercializado hasta 1938. Dinámico, imputrescible, mucho más ligero y resistente que el cáñamo, es utilizado en 1948 para la primera cuerda sintética trenzada por el francés Joanny, con ayuda del ingeniero-alpinista Pierre Chevalier.

De aquellos años a la fecha han evolucionado abismalmente, mejo rando su absorción de energía, repelencia a la humedad, ligereza, volumen, maniobrabilidad, etc., teniendo incluso hoy en día cuerdas de tan solo 8mm capaces de soportar caídas de grandes fuerzas de choque (factores de caída), que al verlas y decidir entregarle su vida a estas finísimas cuerdas, lo dudarían.

Todas las cuerdas que se expenden en el mercado están garantizadas de cierta manera, pero la gran mayoría solo cumplen las regulaciones básicas y de ahí su costo bajo en relación a marcas que si invierten mucho en estudios y en hacer cada vez cuerdas más eficientes. Quizá podrías citar entre las mejores marcas de fabricantes de cuerdas a la suiza “Mammut”, la francesa “Beal”, la inglesa “Marlow”, hasta incluso la española “Roca”.

Texto por: Alberto Hung.
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