Casa de guias  
conversando con:
AUGUSTO ORTEGA
Es el 9 de Octubre de 1992, nuestro montañismo saltaba de alegría, Perú pasaba a formar parte de aquella resumida lista de países cuyas banderas flamean en la cima más alta del planeta. Este logro fue posible gracias a Don Augusto Ortega. Ahora, a puertas de cumplirse 20 años de aquella gran gesta, Augusto nos comenta todo sobre como fue aquella gran expedición de 1992.
Buen día Augusto, en octubre se estará cumpliendo 20 años del primer ascenso peruano a la cima más alta del Mundo, el Monte Everest. Con tal motivo quiero hacerte algunas preguntas sobre aquel gran logro.

Empecemos por el principio y cuéntanos un poquito sobre tus inicios en la montaña y sobre tu actividad deportiva que te hace dar el salto al Himalaya.
Empecé a hacer montaña a los 14 años, más de curioso pero con espíritu aventurero, tocar nieve fue una sensación indescriptible que marcaria mi vida desde ese instante, pensé que al llegar a la cumbre del

 
   
 
Carhuac, sería lo máximo, no fue así, el Vallunaraju atrás era más alto y lógicamente un reto más grande y apunte a eso; después vendrían el Huamashraju, el Huascaran, el Alpamayo y muchos más, pero mis deseos de llegar a lo más alto no pararía hasta el Everest, así es como se convirtió en mi sueño.

Coméntanos cómo es que llegas a participar de aquella expedición.
Empecé a hacer montaña con un amigo (el mexicano Sergio Fitch), fue él quien organizo una expedición al techo del Mundo, mi sueño se haría realidad gracias a su invitación, fue el año 1992.

Eras el primer peruano rumbo al techo del mundo. ¿Qué paso por tu mente antes de partir?
En ese tiempo no había información ágil y certera como lo hay ahora, además que se exageraban las cosas, no sabía que era el primer peruano, había escuchado que hubo peruanos en el Everest, mucho después me enterré que solo hasta el campo base y uno en especial recorrió el glaciar del Kumbhu. Así que lo más importante para mí fue tratar de hacer realidad mi sueño y de poner la banderita peruana en la cumbre.
 
     
Cuando al fin llegas a la cima del Everest y pones a flamear nuestra bandera, ¿qué sentiste?, porque a mi viendo el video se me chorrean las lagrimas.
Igualmente, me salieron las lagrimas de la emoción indescriptible que sentía, al igual que en la cumbre del Carhuac, sentí un nudo en la garganta y me sentía orgulloso de poner la bandera peruana.

Cuéntanos sobre el retorno al Perú con el Everest en la mochila, ¿Cómo fue?.
Satisfecho de haber cumplido un sueño, en mi caso no solo cumplí el