Conversando con:
ALFREDO ZUÑIGA

Uno de los más jóvenes exponentes del montañismo nacional es sin duda el cusqueño Alfredo Zuñiga. Con sus 23 años, es quizá el montañero sureño con mayor y mejor actividad montañera en toda la zona sur de Perú y quien además es parte de la nueva camada de guías de montaña.

Eres uno de los exponentes más jóvenes del montañismo cusqueño, cuéntanos un poco de tus inicios.
Desde muy joven tuve la oportunidad de salir al campo con mis padres supongo que ahí me nació la curiosidad por las montanas, ya adolecente los amigos de mi hermano mayor tuvieron la curiosidad por la verticalidad y como buen acompañante de su grupo me arrastraron al mundo de las cuerdas y paredes , bueno, de las cuerdas a nuestro estilo…
Después de un tiempo practicando actividades como caminatas y pequeñas maniobras verticales nos encontramos con un club llamado “Top Rope” ellos estaban haciendo un rapel en la zona de Chacan y el que dirigía la actividad era Américo Serrano, actual Guía AGMP - UIAGM

el cual nos invito a hacer el rapel. Después de esta experiencia nos invito a pertenecer a este grupo  y así es como bajo la dirección de otro guía de montana Jorge Peso empezamos a salir todos los domingos a escalar en roca, con este club estuve por casi un año hasta que la solidez del grupo nos animo a refundar el Club de Andinismo Cusco el cual fue el que me impulso a empezar con mi vida de montañero.

Con 18 años cumplidos ingresas a la Escuela de Guías, ¿Qué significo para ti ingresar como Aspirante a esta prestigiosa entidad?
Bueno apenas salí del colegio el 2003 un grupo de escaladores cuzqueños  viajaron a Huaraz para postular a la casa de guías y en esa oportunidad yo me moría por unirme a ese grupo pero por mi edad y falta de experiencia no puede presentarme al examen de admisión, y aproveche esos tres años para prepararme para el Aspirantado 2006, decisiones difíciles: ¿universidad o escuela de guías?. Bueno, me gano la pasión y solo me preocupe por escalar, escalar y escalar. El último año de mi preparación me auspicio un proyecto que se llamaba “del arriero al Guía de Montaña ” por co
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laborar en algunas expediciones y cursos que este proyecto organizo el cual me permitió asistir a un curso de pre-aspirantado que tenía como instructor a Américo quien nos puso como piolets recién afilados para presentarnos al curso, así vine a Huaraz e hice el curso de aspirantes cuando después de los 45 días de curso, de haber pasado lo exámenes iniciales, haber sobrevivido la angustia de ver los resultados cada vez que bajamos a la ciudad e infinidad de experiencia, vi mi nombre en un papelito pegado a las 8 de la noche en la ventana de la Casa de Guías, después de haber